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La resección gastrointestinal y la anastomosis es el nombre dado a cualquier procedimiento quirúrgico en el que una porción del tracto gastrointestinal se extirpa o se reseca, y los extremos restantes del tracto se vuelven a unir (anastomosis). Este procedimiento generalmente se realiza solo en hurones y conejos. Los problemas de tamaño y costo a menudo prohíben que este procedimiento se realice en animales más pequeños, pero un cirujano experimentado puede realizarlo con éxito.
Causas
Dependiendo de la condición subyacente que requiere que se realice la resección y la anastomosis, el pronóstico es variable. Para condiciones benignas, como obstrucción de cuerpo extraño, invaginación intestinal y tumores benignos, el pronóstico generalmente es excelente. Si la perforación del tracto gastrointestinal se debe a alguna causa, el contenido abdominal suele estar inflamado (peritonitis) y la anastomosis puede no sanar bien. Por lo tanto, la presencia de infección abdominal generalmente garantiza un pronóstico reservado. Algunas afecciones neoplásicas tienen un mal pronóstico debido a una posible recurrencia, mientras que otras pueden curarse con cirugía.
Cualquier procedimiento de resección gastrointestinal y anastomosis puede estar asociado con complicaciones postoperatorias. La complicación más común y grave es la fuga en el sitio de la anastomosis. La fuga puede ser secundaria a una técnica quirúrgica deficiente, pero generalmente es el resultado de la dehiscencia (apertura) porque los bordes del tracto conectado no estaban completamente sanos y no sanaron bien. Esta complicación generalmente ocurre dentro de los primeros 3 a 5 días después de la cirugía. Si se produce dehiscencia, el contenido gastrointestinal se escapa al abdomen y causa infección. Esto requiere cirugía de emergencia o eutanasia.
Diagnóstico en profundidad
Tratamiento en profundidad
Cuidados en el hogar